No seas aburrido

Bendita red social, ¿no creéis? Es una plataforma donde el dicho “una imagen vale más que mil palabras” se cumple a rajatabla. Y es que donde esté una imagen potente…
Sin embargo, no toda imagen puede que funcione a pesar de su valía, definición, calidad y contraste. ¿Y por qué? Pues bien, después de varios años ya siendo partícipes y usuarios hasta la médula de esta red social, nos damos cuenta de que para seguir funcionando en un mundo en el que “dar like” supone un sacrificio, se debe innovar hasta en la forma en la que quedan las imágenes en tu perfil. Sí, has oído bien. Ya no hay que tener en cuenta solamente la imagen que se publica, sino como se visualizan todas las imágenes en su conjunto.
Pero esto no sucede únicamente en perfiles de particulares que cuidan muy mucho su imagen para así convertirse algún día en Dulceida, no. También, y cada vez más, las empresas, marcas y entidades en general, invierten más tiempo en el diseño de su imagen global en Instagram que en otros temas.
Por ejemplo, nosotros optamos desde un principio por publicar una imagen con fondo blanco y la siguiente con nuestro color corporativo. Y en ambas, siempre que la creatividad lo permita, incluir algún elemento también con nuestro color.
Sin embargo, no se queda ahí. Desde publicar fotos de diferentes tamaños para así conseguir una estructura geométrica, hasta conseguir filas de imágenes tanto en vertical como en horizontal con la misma tonalidad de colores.
Parece una tontería, ¿verdad? Pues triunfa. Y mucho. ¿Y sabes por qué? Por la simpleza de ser absolutamente original.
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