Un evento, un objetivo

Al igual que detrás de una campaña de marketing digital tenemos un objetivo, unas estrategias y un plan de acción, lo mismo tiene que ocurrir cuando realizas una presentación a prensa, un cocktail con distribuidores y clientes o un festival de música. Cualquier tipo de evento debe llevar un objetivo detrás.
No necesariamente tiene que ser recuperar inversión económica o aumentar la cuota de mercado. El objetivo puede ser de notoriedad por trabajo con influencers o simplemente querer atraer a nuevo público para salir de la casilla en la que se te ha metido.
Lo más importante de todo esto es lograr que el asistente se involucre en la experiencia y hacerle partícipe en todo momento de lo que ocurra. Hacerlo todo con lógica y de una manera muy organizada te permitirá poder medir, conocer el feedback en el momento y acumular información para la marca.
A día de hoy tienes muchas herramientas para lograr una convocatoria exquisita. Entre otras, las RRSS (redes sociales) donde puedes hacer vídeos en streaming, crear un hashtag específico y donde tus usuarios/asistentes compartirán casi sin que se lo pidas, contenido, opiniones e invitarán a sus contactos. Pero ojo, tienes que tener en cuenta lo que hemos hablado en anteriores posts, también pueden hablar muy mal.
Puede ser que los valores que transmitas no vayan acompañados con la estética del evento. Si te defines como una marca eco, bio y de proximidad, no puedes permitir que los productos con los que te muestres en el evento no sigan esa sintonía.
Así que ya sabes, coherencia, sentido común y como siempre mide mide y ¡mide!
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